Falafel de remolacha... para el reto salado de Whole Kitchen



Hola a todos, ¿qué tal os ha amanecido el sábado?,... Bueno, el como amanezca es lo de menos si tenemos este día de descanso, ¿verdad?.



Yo por mi parte descanso ninguno... que Almu y yo, (ejem... más bien yo), somos unas obsesas de la acción, jejeje... y el estar de brazos cruzados no nos va nada... conclusión: hoy andamos de limpieza, arreglo, mudanza y basureo... ¿Que qué quiere esto decir? Pufff... sencillamente que nos hemos vuelto a liar la manta a la cabeza... os cuento:
Almu y yo vivimos en la casa de nuestros padres en Madrid... esa que compraron cuando se casaron, que reformaron 10 años después y que inundaron de trastos durante todo su matrimonio... literalmente... en mi casa no hay un cuadro de un barco... no!! hay al menos 10, no hay un sólo marzo de fotos de esos cochinos de plata... no!! también se cuentan con más dedos de las dos manos... y como eso, todo... muebles a pares, lámparas (ejem... feuchas), y lo que más hay en toda la casa ¡¡¡libros!!!
Vale que a nosotras nos chifla leer... pero es que... a ver... cuando juntas a 4 personas que compran una media de 3 libros al mes cada una... eso hace 12 libros al mes y unos 150 libros al año.... en un espacio que lleva repleto 10 años!!!!!!!!!!!!! Conclusión... yo cada 4 meses más o menos me pongo en modo "¡¡o se va todo esto o me voy yo!!"... con lo que un par de veces al año nos adentramos en los abismos de la limpieza, el mover muebles, y en embalar todo lo posible... porque... mi padre... muy listo él... hace 10 años tomó el camino ascético ese de irse a vivir a un pueblo de esos a los que sólo accedes después de haber probado todos los tipos de transporte público (incluido el caballo), y ahora cada vez que el pobre asoma por aquí la cabeza se lleva 1/3 del contenido de la casa... ¡¡¡que siempre parece estar reproduciéndose!!!
Conclusión... que nuestra vida es una constante mudanza de cosas... y diréis ¿y porqué tenéis tantas cosas?... Ahhh!!! Ummm... ahí está el truco del almendruco... yo tengo que vivir con mi némesis... y ésta ¡¡¡¡no tira nada!!!! Nunca!! Sea lo que sea!!!
Así que la vida se pasa moviendo trastos de un sitio para otro... mi consuelo... siempre se "pierde" alguno por el camino y ese ya no vuelve...

Total, que en medio de esta vorágine os escribo... y con esta entrada pasamos a la parte del mes dedicada a los retos en los que participo... ahora se sucederán muy deprisa el reto panarra, el Asaltablogs, el reto de Tía Alia... y estos de Whole kitchen que me chiflan!!!
Y este mes una receta árabe... unos falafel.
Reconozco que la primera vez que los probé y oí hablar de ellos me dejaron un poco fría, la verdad... ni fu ni fa... no entendía eso de las croquetas de garbanzo... y es cierto que las probé en un mal sitio y que a nadie le gustaron.
Tiempo después y ya en otro sitio los volví a probar y ¡¡nada que ver!! ¡¡me encantaron!!
Si es verdad que es un sabor nuevo, diferente... y un uso de la legumbre que conocemos tan distinto que desde fuera nos puede chocar.
Aquí los garbanzos, lentejas o alubias son exclusivamente para uso de guisos... sí es verdad que mucha gente las toma en ensalada etc... pero por lo general asociamos legumbres a cuchareo... y esto no tiene nada que ver.
Así, en el momento en que empezamos a empaparnos de los efectos de la globalización... tanto en nuestros circuitos viajeros como en las nuevas comunidades que se han asentado en nuestras ciudades hemos ido asimilando montón de sus propios hábitos y recetas... cosas como el taboulé, el hummus o los kebabs son hoy platos corrientes en muchas de nuestras mesas... en la mía al menos sí lo son.

Por eso además de conocer ya esta receta, he de decir que he experimentado un poquito con ella... he hecho los falafel clásicos... los he ido combinando con distintos sabores... para customizarlos en versiones que terminaran con dar con una definitiva que fuera la preferida de casa... así, los he preparado como digo clásicos, con cúrcuma o curry, con trocitos de baicon picados o pedacitos de queso feta... pero los que más nos han gustado han sido estos que os traigo... unos falafel de remolacha.
La remolacha en casa nos encanta... en todas sus formas... en crema, asada, cruda en carpaccio, en ensalada, borscht... además como podéis ver es súper versátil... permite muchas preparaciones diferentes y siempre va acompañada de su sabor terroso y dulzón.
Os la recomiendo un montón... sobre todo para niños poco comedores de verdura... porque creo que junto con la calabaza son dos verduras de sabores suaves y ricos que les pueden apetecer más.

Os voy a dejar ya con la receta, espero que os guste y que os anime a preparar este plato que como veis yo he acompañado con un cuscús... ambas recetas, la de los falafel, y la del cuscús con salsa de yogur y limón los he sacado de la página de BBC Good Food de la que os he hablado más veces.

Whole Kitchen en su propuesta salada para el mes de enero nos invita a preparar un clásico de la cocina árabe: FALAFEL.

Receta de falafel de remolacha.
Ingredientes:
- Un par de cucharadas de aceite
- 1 cebolla cortada en juliana
- 1 cucharadita de comino
- 400 gramos de garbanzos cocidos (yo compro los tarros esos grandes que veis en la foto... que son justo 400 gramos de peso escurrido)
- 250 gramos de remolacha cocida (una remolacha grandecita)
- 75 gramos de pan rallado
- 1 huevo
- 1 cucharada generosa de tahini (se puede comprar en tiendas orientales, herbolarios o tiendas de productos gourmet sin problemas)
- Aceite para freír


Modo de hacerlo:
- Lo primero que haremos será picar la cebolla y sofreirla en una sartén con un par de cucharadas de aceite.



- Cuando esté transparente y antes de que tome mucho color añadimos el comino y dejamos un minuto más... apagamos y reservamos.
- En el vaso de la batidora mezclamos todos los ingredientes... así, los garbanzos, 2/3 de la remolacha (el resto lo pondremos más tarde para que quede con algunos trocitos visibles de remolacha... si no os apetece añadir toda ahora y listo), el huevo, el pan rallado, la pasta tahini y por último la cebolla con el comino.


- Trituramos muy bien hasta tener una pasta, que pasaremos a un bol, probaremos para comprobar el sabor... si hace falta corregir de sal o no...



- Y añadimos la remolacha picada.

- Con esta mezcla vamos formando bolitas del tamaño de albóndigas... haciéndolas con las manos engrasadas en aceite.


- Las reservamos en una lámina de papel de horno engrasado y luego las vamos friendo en una sartén con un dedo de aceite... las doramos por todos lados y sacamos a una toalla de papel absorbente.



Ya están listas para tomar.

¿Qué os ha parecido? Como veis no tiene ninguna complicación además de que están buenísimos... con esta entrada quiero inaugurar también una sección dentro de las etiquetas del blog por las que están ordenadas los tipos de recetas (y que podéis usar para guiaros por las recetas que os apetezcan en un momento concreto), una sección ovolacteovegetariana  que espero anime a aquellos cuya alimentación prescinde de los alimentos de origen animal, excepto de sus derivados (en concreto la leche y los huevos)... espero, además, que me corrijáis si en mi ignorancia añado recetas que no tienen esa condición...
Un besazo enorme y hasta el lunes. 
Luz.

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