Calamares a la romana... tapeo madrileño


Buen viernes para todos!!
¡Qué ganas de que llegue el fin de semana! ¿verdad?
Puff... yo así-asá... que tengo este finde cambio de armario y cosas como esa en plan entramos ya en temporada de invierno ¡¡qué pereza!!



Pues para pasar este trago hoy os traigo una receta rica no, riquísima... es mi aperitivo favorito, con diferencia, en casa, y con mis amigos, si salimos de tapeo, comida, etc... ya sabiendo que voy los piden por pura costumbre... ¡¡qué ricos!!
A mí por lo general me encanta el pescado, y lo como a menudo, pero lo de los calamares creo que entra en otra categoría... ya hace años decidí que el día que me quede embarazada va a ser mi "antojo" número 1... jejeje... lo bueno, vivo en Madrid... con lo que no me costará nada afincarme en una de las terrazas de la Plaza Mayor a comerlos al menos 3 veces al día...¡¡ya os avisaré cuando podáis empezar a pasaros a verme allí sentada engordando por momentos!! (estaré embarazada ¿recordáis??).

Bueno, dejando de lado las bromas y ya poniéndonos serios voy a romper una lanza desde aquí... sip, por la gastronomía madrileña... llevo unos meses leyendo en distintos foros y publicaciones eso de que Madrid no tiene tradición culinaria propia, que en realidad las recetas que tenemos son las que han traído los que en su día vinieron de fuera, etc...
Y no estoy de acuerdo. Conforme en que Madrid está conformada por una población que es de todo menos madrileña, (ejem... me excluyo, soy madrileña de 2º generación... no mucho, ya sé, pero algo es algo) que con eso de que es la capital etc... tenemos cocinas de aquí y de mil sitios más... y que bueno, con eso de que estamos en el km 0 todo nos llega de fuera... ¡¡pero también tenemos recetas y productos propios estupendos!! He dicho.

Siempre que pienso en la cocina madrileña me vienen a la cabeza recetas como estos calamares, los cocidos madrileños de los de salir rodando como una bola, los callos a la madrileña, el besugo, y mil cosas más... pero más que nada asocio la cocina a los lugares... y así en función de la zona de Madrid por la que vayamos a estar ya sabemos si pasaremos por La Madrileña (increíbles fiambres... y las mejores salchichas de Madrid), los mercados de San Miguel, La Paz o Barceló (que hoy se han convertido en rincones gourmet divertidos y bulliciosos donde encontrar cualquier cosa que se te antoje), La Pajarita (y sus caramelos...) pero también las niñas de Madrid... las de colegio de monjas nos acordamos de una época en que se pusieron de moda las guindas de Mallorca que llevábamos como si fueran pepitas de oro. No puedo dejar de referirme a La Duquesita y sus bartolillos... donde mi padre nos llevaba a una cuando la otra se ponía mala para comprar la merienda y pasar mejor todos la tarde...¡¡que dos niñas pueden dar mucho la lata!!

Puff... miles de indispensables, estoy convencida de que los madrileños tenemos a cientos, Horchata en el Retiro, tapita de bacalao en casa Labra (¡¡qué ascos le hacíamos mi hermana y yo cuando mi padre nos llevaba de pequeñas!!... antes de ponerse a hacer ascos él porque lo que tocaba después era ir a ver Cortilandia), la leche merengada de la Suiza, las colas anuales para los mazapanes de Casa Mira, y por supuesto unos bocadillos de calamares en la Plaza Mayor... cuando vamos en diciembre al mercado de Navidad...
Si os soy sincera nosotras recordamos haber comido calamares, sí, pero no bocadillos, preguntando el otro día a mi padre él me dijo que pedía raciones porque nos las comíamos mejor, el bocadillo nos llenaba enseguida y ahí se quedaba muerto de risa... ¡¡qué sabio es el pobre!!

Como digo son recuerdos que tenemos los madrileños, y os aseguro que cada amigo me ha aportado nombres y sitios, los que crecimos aquí, con padres que nos sacaban por ahí los fines de semana cuando es más divertido pasearse y disfrutar la ciudad, sin el trajín  de la capital entre semana... y que ahora nosotros nos hacemos también huecos en terrazas, barras y bancos, fieles a esas tradiciones... pues son los típicos sitios que no pasan de moda... precisamente por el boca-oreja familiar que hace que ¡¡sí tengamos una gastronomía madrileña!!

Ea, pues con ese alegato guerrero paso al siguiente punto... jejeje... vale, confesión, en casa la que hace los calamares es mi hermana. Los calamares y cualquier frito, en realidad, ya sea un filete empanado o un calabacín rebozado Almu es la penitente encargada... ¡¡Qué se le va a hacer!! Es a la que mejor le sale... por eso la receta de hoy me la ha dado ella... o más bien me la contó ayer con bastante poca paciencia... yo preguntaba cantidades y ella me decía, "pues a ojo mujer"... así que eso es lo que os digo... ¡¡a ojo!!.
Sin embargo, voy a intentar, por las veces que la he visto hacerlos ajustar cantidades para que os sea más fácil, deciros que como veis en las fotos salen jugosos, hinchaditos y ¡¡muy, muy ricos!!
Ah!! Pero no creáis que aunque los coma en casa...¡¡también los pido fuera siempre!! Con mejor o peor acierto, eso también es verdad... pero siempre disfruto el antojo.

Como veis... a lo largo del post os he puesto los 4 lugares donde creo que se comen los mejores calamares de todo Madrid... sí ya sé que hay muchísimos más... si queréis añadir nombres y sitios... porfa decidme, yo os doy mi recomendación porque son los que conozco.

Vale, ya lo último, lo juro, por pura curiosidad he investigado un poquito sobre el origen de los calamares... o quién fue el primero en "patentarlos" con eso de que se llaman a la romana... que sí que ahora sé que es por el rebozo y eso... pero he leído también (corregirme los que sabéis si estoy diciendo una catetada total, por favor) que su origen está en los misioneros jesuitas romanos, quienes en los tiempos de vigilia, para pasar el ayuno o abstinencia, comían verduras y algún pescado, generalmente rebozado y en fritura, para darle alguna gracia y hacerlo más contundente. ¿Qué os parece?

Vamos con la receta:
La foto que veis a la derecha, que me ha parecido chulísima y muy ilustrativa la he sacado de esta página

Ingredientes para un tapeo para 4 personas:
- 500gr de anillas de calamar
- 6 cucharadas de harina
- sal
- 2 huevos
- aceite de oliva
- limón para rociar por encima, si te gusta

Modo de hacerlo:
1. En primer lugar lavas bien los calamares bajo chorro de agua fría.
2. A continuación los dejas escurrir, y posteriormente los salas, que queden todos salados.
3. Dejamos que terminen de perder humedad, esto es importante, sino, no se adhiere bien el rebozo...
4. Sacamos una bolsa de congelados (yo las uso un montón... truco de Nigela Lawson, que funciona genial, no se mancha nada y queda todo muy bien rebozado.) en ella echamos las 6 cucharadas de harina.
5. Metemos en la bolsa las anillas de calamar, cerramos la bolsa y sacudimos muy bien, sin miedo... que todos los calamares queden bien rebozados.
6. A continuación encendemos el fuego y ponemos encima la sartén, calentamos el aceite... mi hermana dice que unos dos dedos de aceite, que queden los calamares cubiertos, pero sin empapuzarlos en aceite...
7. Vamos sacando los calamares de uno en uno de la bolsa, veréis además que con este sistema no se enharinan en exceso.
8. Batimos en un plato los dos huevos, y conforme sacamos los calamares hacemos cadena, así:
  - Primero calamar enharinado
  - Al huevo batido
  - Llevamos al fuego.
9. Es importante que no saturemos la sartén, el aceite perdería temperatura... lo mejor es tener calor medio, del fuego, e ir haciendo por tandas, al gusto de cada uno, más o menos doraditos.
10. Conforme estén hechos sacamos a papel absorbente hasta el momento de servir... mejor inmediatamente, aunque también están ricos frios... bueno, en realidad yo no les hago ascos, estén como estén... jejeje...

Lo último deciros que he descubierto recientemente y gracias al blog de Las recetas de MJ, que me encanta y os recomiendo... que existen, los llamados calamares a la andaluza (sólo enharinados... sin huevo) y los a la romana (que llevan harina y cerveza... como el rebozo de una tempura)... como veis, al gusto de cada uno.

Pues nada chicos, espero que os haya gustado la entrada de hoy... nos vemos la semana que viene, un besazo.
Luz.

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